Ayer, me fundí en tus ojos

Las gotas de lluvia caían lentamente sobre la ventana,como si estuvieran buscando llamar la atención de las personas dentro de sus casas.Cristalinas, puras y líquidas.Pronto se encontrarían en el océano con sus leales compañeras,que podrían estar en cualquier lugar del mundo.
Los carros tocaban sus bocinas ruidosamente, los conductores impacientes por encontrar la salida en el laberinto del tráfico.Las sombrillas danzaban para las nubes y para el sol que escondido las contemplaba.
Y ¿yo? Bueno, no estaba ahí, donde mi cuerpo decía estar.Mi mente se encontraba muy lejos de allí, en el día soleado en donde me tope con tus ojos y el recuerdo no se pudo olvidar.
Recuerdo ese día con total claridad.Estaban con mis hermanas en el parque, disfrutando de los días de sol que últimamente huían de la ciudad; se escuchaban risas, suspiros y el suave murmullo de las hojas de los árboles meciéndose mientras se topaban con sus vecinas.A pesar de hacer un día tan tranquilizante y alegre, yo no me sentía así.
Los días anteriores había dejado de ver los colores de las personas, de la ciudad, de la naturaleza...los míos.
Sentía que estaba en un torbellino que nunca paraba, y en el cual siempre se repetía la misma historia.
Ahora, sentada debajo de un gran árbol, buscaba sentir la calma de la vida y el sonido de la energía fluyendo por mi cuerpo.
Sentí una suave caricia en la mano.Instintivamente giré la cabeza al lugar del súbito movimiento.No había nada ni nadie.
Volví rápidamente a mis ensoñaciones mientras me alejaba lentamente de el mundo material.
Antes de que mis oídos se centraran en las hojas, escuche una gutural risa proveniente del otro lado del tronco.
Me puse de pie y camine para quedar frente a frente con la criatura de la risa... y la suave caricia.
Estaba delante de mi; una criatura un poco más alta que yo, de piel más pálida de lo normal y lo que más te caracterizaba eran tus orejas puntiagudas...¡No! Lo que más te caracterizaba y te hacia único en el mundo eran tus ojos; de un verde electrizante que irradiaba protección, e y poseían una mirada tan profunda que me empecé a derretir lentamente.
Tu rostro élfico se alumbro con una blanca sonrisa y me acariciaste un mechón de cabello.
-Nos volveremos a ver -susurraste.
Y en un parpadeo ya no estabas ahí, sólo lo estaba tu aroma.
Ayer, gracias a este encuentro imprevisto, una llama se encendió en mi corazón.
Y aquí estoy, viendo la tormenta y el oscuro día; pero para mi el sol brilla de una forma diferente...
...porque ayer, me fundí en tus ojos.

1 comentarios:

María O.D. dijo...

¡Hola! ¡que lindisimo! ¡una frase muy enigmatica y soñadora! :)

"Vivimos en un laberinto, donde buscamos encontrarnos a nosotros mismos perdiéndonos constantemente"
Sofia
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